A ti, que habitas
en los confines de mi ilusión,
deja que la luz de mi corazón
sea tu guía.

Anímate y hallarás:
La dulce palabra que te seduzca,
el suave éxtasis de la más pura pasión,
el abrazo tierno de fuertes brazos,
ese beso que te estremece y enamora,
la caricia que empieza en tu rostro
y rueda hasta el alma...
la ternura que sólo pueden brindar
el brillo de los ojos enamorados...

El eco de un amor sincero
deja la insaciable sed
de brindarse por entero
a la dicha sublime de adorarte.

Licencia la razón, sigue el instinto,
atrévete, te estoy esperando...
con una rosa en una mano,
y en la otra... ¡Mi eterno Amor!
Mientras me hablabas y yo te miraba,
se detuvo el tiempo en medio instante:
el amor me llamaba y yo le obedecía.

Mientras me susurrabas y yo te amaba,
se alzaron los sentimientos,
mandó tu voz,
el cielo se hizo visible en tus ojos,
y yo pronuncié el querer en tus labios.

Fue una mirada,
un frenesí de besos,
una lujuria de sentimientos.

Fue un instante sin fin,
sin tiempo para soñar.

Y entonces despertamos,
... y seguimos amándonos.